Alimentación Yóguica

“Los alimentos cuando se consumen , se triplican. Las partículas densas se convierten en excrementos, las medianas en carne, y las más finas en mente. Hijo mío, cuando se bate el requesón, las partículas más finas, que suben a la superficie forman parte de la mantequilla. Del mismo modo, hijo mío, cuando se consumen los alimentos, las partículas más finas, que se elevan hacia arriba, forman la mente. Así pues, realmente, la mente es comida”.

 

Chandogya Upanishad VI;6-1-4

Introducción:

El Yoga, una de las escuelas tradicionales del Sanatana Dharma o Hinduismo, basándose en los Textos sagrados, la tradición y la enseñanza de los Maestros, dirige nuestra atención hacia un estilo de vida puro, sencillo, y libre de violencia, ecauzado hacia el descubrimiento del Alma Espiritual. Gran parte de el esfuerzo para lograr esto está en el campo alimentario, en el cual se prescribe una dieta vegetariana.

 

La mente del practicante de Yoga es profundamente influenciada por lo que éste consume a través de los sentidos, siendo el alimento determinante en este aspecto. Huelga decir que el cuerpo también es grandemente impactado por los alimentos ingeridos. Por ello, algunos alimentos son favorables para la práctica yóguica y otros no.

 

En general, los Yoga Shastras o Escrituras del Yoga y la tradición promueven la dieta lacto-vegetariana o api-lacto-vegetariana; es decir, una dieta vegetal excepto por productos lácteos y miel. Hoy en día, debido a la industrialización de las factorías lecheras y apícolas, y la toma de conciencia del daño que se hace en estos lugares tanto a vacas como a abejas, algunos practicantes, en aras de la práctica de Ahimsa o No-Violencia, han optado por una dieta vegana.

 

Por supuesto, simplemente ser vegetariano no significa que uno esté llevando una dieta yóguica, aunque es un gran avance. Los alimentos que el practicante consuma deben ser frescos, puros y saludables. Las ventajas de llevar una dieta yóguica son un cuerpo vigoroso y saludable, una mente clara y firme, y la experiencia de practicar la moral yóguica en el alimento.

 

“El hombre es mucho más que sólo mente y cuerpo; es esencialmente un espíritu verdaderamente perfecto, puro y libre en su auténtica naturaleza interna. El nacimiento humano se ofrece como una oportunidad y un medio para alcanzar ese sublime conocimiento de la naturaleza interna espiritual y recuperar su divinidad. En este proceso, todas las rudezas y tendencias animales deben ser totalmente eliminadas de la personalidad humana. La dieta no-vegetariana, que es ruda y animal por su propia naturaleza, es un gran obstáculo en este proceso, mientras que la dieta Sáttvica pura es una gran ayuda para el refinamiento de la naturaleza humana”

 

 

Sri  Swami Sivananda.

 

La dieta del Yoga

¿Hay una dieta específica para el Yoga?

 

En efecto, la hay. Por supuesto hay diferentes tipos de Yoga, con sus diferentes especificaciones. Sin embargo, en orden de mantener el cuerpo sano y la mente pura, casi todas las ramas coinciden en la dieta general. La rama que mayor énfasis pone en la alientación es, lógicamente, el Hatha Yoga, puesto que trabaja más cercanamente del cuerpo y las energías, sin embargo todos los Yogas requieren de una dieta esencialmente vegetariana, tanto por motivos físicos y energéticos como morales y espirituales. El Hatha Yoga Pradipika dice lo siguiente:

 

"La dieta que contenga los siguientes alimentos es adecuada: Trigo, arroz, cebada, sastika (una variante del arroz), leche, ghee (mantequilla clarificada), avena, azúcar (sin refinar), cuajada, caña de azúcar, miel, gengibre seco, fruto del patolaka (un tipo de pepino), los cinco vegetales de hoja para cocinar (Jivanti, Vastu, Mulyakshi Meghanada y Punanarva), ciertos tipos de lenteja y agua de lluvia"

 

Por supuesto, esta dieta es propia de un contexto cultural, temporal y local que puede sernos extraños. El general de los Yoga Shastras o Escrituras del Yoga nos instruye en la alimentación Mula-Phala, es decir, a base de raíces y frutas. Incide también en el grano y la leche. Esto es debido a que estos alimentos se consideran puros de esencia y energéticos, proveyendo al aspirante de la gran cantidad de energía que necesita para continuar en su práctica.

Así pues, a grandes rasgos, la dieta tradicional yóguica contiene cereales, legumbres, hojas verdes y verduras y frutos, tanto secos como frescos. La leche es tenida en gran aprecio por la tradición védica ya que es un alimento ideal para los tejidos cerebrales y tiene grandes propiedades alimenticias. No obstante, en los tiempos actuales, las grandes factorías lácteas producen un gran daño a los animales para extraer su leche, al tiempo que a menudo ésta es tratada con múltiples sustancias, debido a lo cual podemos decir que la leche que hoy día puede encontrarse en los supermercados no es ni mucho menos la que era, y cada vez más adeptos del Yoga prefieren sustituirla por leches vegetales. Podríamos decir algo similar de la miel. El huevo ha sido siempre exccluido de la dieta yóguica por considerarse "carne líquida".

 

¿Por qué debería ser vegetariano?

Por varias razones, tanto físicas como mentales y espirituales. En primer lugar, de acuerdo con la OMS, se calcula que la ingesta insuficiente de frutas y verduras causa en todo el mundo aproximadamente un 19% de los canceres gastrointestinales, un 31% de las cardiopatías isquémicas y un 11% de los accidentes vasculares cerebrales. Al mismo tiempo, son cientos los estudios que relacionan el consumo excesivo de carne con el desarrollo de cancer y otras enfermedades. La carne, que es un alimento acido y difícil de digerir, hace al cuerpo rígido y pesado.

 

Por supuesto, no podemos decir que simplemente con hacerse vegetariano uno va a mejorar su salud. Una mala dieta vegetariana  puede ser tan mala para la salud como una cárnica. Uno debería alimentarse con alimentos frescos, variados, del tiempo, ricos en nutrientes y en su justa medida. No obstante, el abandono de las comidas procedentes de alimentos muertos ya es en sí un gran paso para mejorar la salud física.

 

A nivel energético:

De acuerdo con los Vedas, el Prana es la energía universal, que permea todo lo que vive y se mueve. Todo ser se mentiene con vida gracias al Prana; tomamos esta energía de tres fuentes: el Sol, la respiración y los alimentos. Un animal muerto carece casi por completo de esta energía, así como una hoja verde está plena de Prana. Si bien a nivel físico la carne puede tener ciertos nutrientes, a nivel energético su Prana está corrompido. No solo esto, sino que las energías que se han desencadenado en el animal debido al miedo y la angustia de ser matado, siguen en la carne. Por lo tanto, uno debería abstenerse de comerla.

 

A nivel moral:

El primer precepto que un yogi debe seguir para avanzar en el camino del Yoga es Ahimsa, la No Violencia, que comprende el tratar de causar el menor daño posible a cualquier ser. Esto incluye a toda criatura y no solamente a los seres humanos. Por supuesto que el ser humano también comete cierta violencia al comer plantas, pero el yogi trata de reducir esta violencia al mínimo imprescidible, no causando miedo, dolor o angustia a ningún ser pensante y sufriente.