Satsanga, la compañía del santo, por Sri Swami Sivananda

 

La palabra “Satsanga” es la combinación de dos palabras, “Sat” y “Sanga”. “Sat” significa Existencia Absoluta o Brahman. “Sat” es la naturaleza esencial de Brahman, lo permanente en las cosas que cambian, la única realidad que sostiene el mundo de apariencias.

 

 

El mismo “Sat”, con los atributos de omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia, es llamado Ishvara o Paramatman. En resumen, “Sat” se refiere tanto a Ishvara como a Brahman, siendo ambos, en última instancia, una y la misma realidad.

 

 

“Sanga” representa, literalmente, compañía o unión. El significado literal de la palabra “Satsanga” es estar siempre en compañía del Señor o estar establecido en Brahman. Sin embargo, mientras haya ignorancia o Avidya, la experiencia directa de Brahman es imposible. Cuando se destruye la ignorancia mediante la sabiduría, se revela la verdadera naturaleza. Esta es la forma más elevada de Satsanga.

 

 

La otra posibilidad es complacer tanto a Dios mediante nuestra devoción inquebrantable que tenga que jugar con nosotros asumiendo una forma apacible según nuestro deseo, como hizo en el caso de las Gopis. Sin embargo, los medios para experimentar este fin bendito también son llamados Satsanga o compañía del sabio. Siendo que, en esencia, los medios no son diferentes del fin, llevan su nombre. Debido a que la compañía del sabio lleva a la Experiencia de Brahman (con atributos o sin atributos), también es llamada Satsanga. En este sentido, Satsanga representa la compañía de los Satpurushas. Satpurushas son tanto aquellos que han experimentado la Verdad como aquellos que son aspirantes a la Verdad. Quienes han renunciado al egoísmo, la codicia, la lujuria y demás, son Satpurushas. Aquellos que han logrado ecuanimidad, equilibrio mental y una devoción inquebrantable por el Señor, son Satpurushas. Quienes están dotados de paz, dicha, satisfacción, sencillez, valor, humildad, voz poderosa y un rostro que resplandece radiante con el brillo de la santidad, son Satpurushas.

 

Sólo la Gracia de Dios hace posible tener Satsanga

 

Es sumamente difícil entrar en contacto con un Satpurusha o un santo. Es más difícil aún reconocer a un santo. Un hombre de Samskaras mundanos quiere sopesar la santidad de un sabio según sus propias nociones, y viendo que le falta peso, lo descarta como un falso santo y así no obtiene el beneficio instantáneo que surge del contacto con el sabio. Sin embargo, a pesar de ello, la compañía del santo ejerce una influencia inexorable sobre la persona en cuestión, lo que ésta experimenta tarde o temprano. Bhagavan Narada dice en sus Bhakti Sutras: “La compañía del grande es muy difícil, inaccesible, pero infalible”.

 

 

La compañía de los grandes es difícil de lograr. Es casi imposible establecer cómo y cuándo los hombres pueden ser llevados a la compañía del grande. Pero, una vez obtenida, la compañía de los grandes es infalible. El amor a Dios es obtenido principal e indudablemente por la gracia de los grandes o, en otras palabras, por el toque de la compasión divina. La compañía de los grandes se logra por la gracia de Dios solamente, porque no hay diferencia entre Él y Sus hombres.

 

 

No hay ninguna diferencia entre Dios y un Bhagavata (devoto) que tiene la Experiencia de Dios. Ambos son idénticos. Un sabio es Dios mismo. La Upanishad declara: “Aquél que conoce a Brahman se convierte en Brahman”. El brillo de un sabio es infinito y eterno como el de Brahman.

 

 

Visión sobre la relación entre Dios y Su devoto

 

El Señor Krishna declara en la Gita:

 

 

 “Yo soy el mismo para todos los seres: para Mí no hay nadie odioso ni querido; pero aquellos que Me veneran con devoción están en Mí y Yo también estoy en ellos”.

 

 

Aunque los rayos del sol caigan igualmente sobre todos, son las caras de los diamantes las que deslumbran más que cualquier otra cosa. Aunque un hombre podría poseer cientos de habitaciones en su casa, se deleita solamente en su sala de estar que está bien decorada. Así también, aunque Dios sea el mismo para todos, manifiesta visión y sabiduría más vívidamente en el corazón del sabio, que se vuelve transparente por la pureza, que está decorado con las raras joyas de la compasión, la piedad, el autocontrol, la ecuanimidad y la sabiduría.

 

La relación entre Dios y Su devoto ha sido descrita de tres maneras. En primer lugar, ellos no son diferentes, porque un santo no tiene una existencia separada del Señor. La voluntad del Señor es la voluntad del sabio. El reflejo del sol se ha fundido en el sol verdadero. La muñeca de sal se ha vuelto una con el océano. La gota de rocío se ha deslizado en el mar brillante. la Jiva se ha fundido en el Señor. Cuando el egoísmo ha desaparecido, no hay ninguna diferencia entre el Señor y el sabio.

 

 

Desde otro punto de vista, el Señor es considerado como más grande que un santo, porque un santo no es sino forma. Uno no está satisfecho con el Darshan de un sabio; pide, “¡Oh Maharaj! Por favor, muéstreme el camino hacia la Experiencia de Dios. ¿Qué debo hacer para alcanzar el Purushartha más elevado, la liberación?” Esto prueba que el Señor es más grande que el santo. Pero éste es un punto de vista relativo. Una persona en estado de esclavitud puede entrar en contacto con un sabio, pero es muy difícil que él pueda experimentar la conciencia del sabio que no es diferente de la del Señor. Mientras no tenga esta experiencia, le parece que un sabio es simplemente un medio para cierto objetivo. Pero, en realidad, es tanto el medio como el objetivo.

 

 

Siendo que el sabio es tanto el medio como el objetivo, es considerado aún más grande que el Señor mismo. El Santo Tulasidasji dice, “Creo firmemente que un devoto de Rama es más grande que Él”. Todos los santos declaran esto, por unanimidad.

 

 

Aunque el Señor esté en todas partes, sin la gracia del Guru, no es experimentado. Sólo el santo o el Guru es el camino. No hay otra manera que permita escapar del Samsara.

 

 

Los santos son las manifestaciones vivientes del Señor. Ver a un sabio, meditar en él, recordarlo, tocar sus pies, hablar con él y demás, generan en la persona un influjo repentino de Gracia Divina, mediante el cual alcanza, rápidamente, el apogeo del conocimiento espiritual.

 

 

Tulasidasji canta las glorias de Satsanga en términos entusiastas: “¡Oh querido! Deberías poner la felicidad del cielo y de todos los mundos superiores en un platillo de la balanza, y la felicidad que surge de Satsanga en el otro, esta última superará a la primera”.

 

 

No hay bote, aparte de Satsanga, que te pueda hacer cruzar el océano del Samsara. Bendito es aquél que ha entrado en contacto con un Satpurusha, un sabio con la Experiencia de Dios. Más bendito aún es el que ha desarrollado una devoción inquebrantable por Sus pies. Y más bendito es aquél que ha logrado comunión con la conciencia del sabio.

 

 

En caso de que el contacto con un sabio no sea posible, uno debe tratar de estar en contacto con libros sublimes como las Upanishads, la Gita, el Yoga-Vasishtha, el Ramayana, el Bhagavata, etc. Debe tratar de recurrir a lugares sagrados y dar discursos u oír sobre las glorias de Dios. Esto será también Satsanga para él. Cualquier cosa que lo ayude a lograr pureza de corazón debe ser considerado como Satsanga.

 

 

 

El poder de Satsanga

 

El brillo y el poder de Satsanga, la compañía del sabio, de los santos, yoguis, Sannyasins y Mahatmas es indescriptible. Incluso un momento de su compañía es suficiente para corregir los viejos Samskaras crueles de las personas mundanas. El aura magnética, la vibración espiritual, y las corrientes poderosas de los adeptos desarrollados causan una influencia tremenda en las mentes de las personas del mundo. El servicio a los Mahatmas purifica muy rápidamente las mentes de los hombres apasionados. Satsanga eleva la mente a las alturas magnánimas. Así como un solo fósforo quema manojos inmensos de algodón en algunos segundos, así también, la compañía de los santos quema todos los pensamientos y Samskaras de pasión en poco tiempo. Lo único potente y específico para generar un intenso Vairagya y un ardiente deseo de liberación es Satsanga y nada más que Satsanga.

 

 

La relación con los santos sabios es suficiente para inculcar sabiduría y amor en el alma. Vidya (sabiduría) surge en aquellos cuyas faltas han sido lavadas por la fuerza poderosa de Satsanga que puede, independientemente, destruir todos los defectos y crear Vidya.

 

 

Aquellos que escuchan las palabras vivificadoras de los buenos hombres purifican sus cabezas que están manchadas por el mal. Finalmente, llegan a los pies de loto del Señor. Esto demuestra que las palabras de los buenos hombres tienen el poder de purificar el alma y llevarla a los pies del Amo.

 

 

Cómo Satsanga lleva, gradualmente, a la visión de Dios

 

Lo primero consiste en tener la compañía de los hombres buenos y rectos, y servirlos. Mediante tal compañía y servicio, surge el conocimiento de la naturaleza esencial del propio ser o del Ser Divino o Supremo. Luego, viene Vairagya o total disgusto por todo este mundo y el siguiente, con un gran anhelo por el Señor. Esto es Bhakti. Cuando Bhakti se fortalece, el hombre se convierte en el amado del Señor, y debido a su amor, es escogido por Él. Entonces, sobreviene la visión directa del Señor.

 

 

Vivekananda tuvo el Satsanga de Ramakrishna Paramahamsa. Jñanadeva tuvo el Satsanga de Nivrittinath. Gorakhnath tuvo el  Satsanga de Matsyendranath. La práctica de sentir Su presencia en todo, de ver a Dios en cada rostro y en cada objeto es, en sí misma, una gran Satsanga sublime. ¡Reverencias, reverencias a los Mahatmas que llevan a cabo Satsangas y a los devotos sinceros que asisten a ellas! Muy a menudo, la devoción despierta por asociación y conversación con los devotos. Como una llama es encendida por otra, así también, el corazón se enciende desde la cabeza. Sri Krishna dice: “Los sabios Me adoran con arrobada devoción. Con sus mentes completamente en Mí, con su vida absorta en Mí, se iluminan unos a otros, siempre conversando sobre Mí, están satisfechos y encantados”.

 

 

En oriente, siempre se aconseja a los estudiantes buscar la compañía de los santos y escuchar su conversación, avivando así una pequeña chispa de amor y fervor.  Solamente un alma fuerte puede mantenerse entusiasta aún estando aislada, y el principiante hará bien en aprovechar toda oportunidad que tenga para fortalecer sus aspiraciones mediante la compañía de otros que las comparten.