Sobre la religión, por Sri Swami Sivananda

Estaba pensando esta mañana  en el problema de la paz y el problema del mal en este mundo. Está agitando las mentes de la gente y los líderes de todo el mundo.

 

¿Es posible tener una condición libre de guerras en este mundo de los fenómenos? ¿Es posible tener solamente felicidad en este mundo de opuestos?

 

Se considera que la religión es el factor divisorio, el factor que crea las guerras. Se culpa a las diferencias en las creencias religiosas y las aproximaciones hacia Dios por la caótica situación en el mundo de hoy. Pero, suponiendo que tuviéramos éxito en crear una sola religión para toda la humanidad ¿eso haría que las guerras cesasen? No. Porque, dentro de esta religión universal, dentro de esta hermandad universal, surgirían diferentes escuelas de pensamiento, castas y sub-castas. De hecho, el hinduismo es en su base tal religión mundial, una religión universal. Pero observad cuántas escuelas de pensamiento, y cuántas ramas han emergido. Los brahmanes rechazan a los no brahmanes, y los vaishnavas no se juntan con los shaivas.

 

Similarmente, incluso si hubiera una religión universal, los devotos desnudos rechazarían a aquellos que adoran a Dios vestidos; los vegetarianos rechazarían a los no vegetarianos. Las diferencias son sólo creaciones mentales. Tanto como la mente reine sobre el hombre, tanto como el egoísmo sea la luz guía de la actividad humana seguirán habiendo diferencias de opinión, diferencias entre puntos de vista, y también diferencias en los conceptos de Dios y las maneras de aproximarse a Él.

 

 Es el deber del piadoso aspirante comprender al otro. En Badrinath el sacerdote debe llevar un abrigo mientras hace la adoración. El mismo hombre se quitaría todo excepto una tela alrededor de su cintura si entrara en un templo en Trivandrum. Badrinath es un lugar helado, mientras que Trivandrum es abrasador. Estas diferencias de hábitos son motivadas por factores inevitables, pero la actitud interna de los adoradores en ambos lugares es la misma. Debemos comprender esto.

 

Diferentes religiones son necesarias para encajar en diferentes tipos de individuos. Diferentes rituales son necesarios para adaptarse a los diferentes hábitos de la gente. Diferentes vestiduras son necesarias para adaptarse a las diferentes condiciones climáticas. Diferentes castas son necesarias para adaptarse a los diferentes temperamentos de la gente. No todos pueden pensar igual en este mundo de dualidad y multiplicidad. Si todos pensaran igual, no habría necesidad de pensar. La gente debería desarrollar tolerancia y un corazón comprensivo.

 

Para cultivar un corazón comprensivo es necesario aplastar tu propio egoísmo, abandonar este diabólico hábito de imponer tus propias opiniones sobre los demás. Deberías identificarte con el otro hombre, apreciar sus dificultades y las situaciones por las que ha tenido que pasar y hacerlas tuyas. Este es el deber de todo aspirante. Sólo a través de este tipo de sadhana puede el ego ser destruido y el corazón expandido.

 

Hay ciertos seres asúricos que no pueden hacer esto. Ellos desearían que todos les obedecieran. Desearían dominar a todos. Es tal gente la que crea guerras y disturbios. Ellos no están en paz y armonía en su interior, por lo tanto crean discordia.

 

Tal es la naturaleza del mundo que estas fuerzas demoníacas, también, continúan viviendo codo con codo con las fuerzas divinas. Esto es lo que hemos aprendido de los Puranas y la historia de las naciones. Esa es la esencia de las Lilas del Señor. Él puede disolver las fuerzas demoníacas en un instante. Pero incluso en Sus avataras, el Señor derramó la sabiduría más elevada tan sólo sobre unos pocos, iluminó el intelecto de cierto número de personas, y dejó las historias iluminadoras de Sus Lilas y enseñanzas  de modo que la gente en general en todos los tiempos venideros pudiese beneficiarse hasta cierto punto y evolucionar hasta cierto grado. En resumen, los grandes avataras, y en menor medida los grandes santos y  sabios de todos los países, solamente han incrementado Sattva en el mundo. Ellos no trataron de  borrar el mal de la faz de la tierra.

 

 

Así, hallamos que las fuerzas divinas y las demoníacas continuarán existiendo una al lado de la otra en este mundo. Las fuerzas divinas siempre tratan de unir a las personas y traer paz y armonía; las fuerzas demoniacas traen guerras, discordia, luchas y  reyertas. A veces ganan unos y a veces otros. Los santos, sabios y avataras vienen frecuentemente e incrementan las fuerzas divinas en el mundo. Ellos añaden Sattva al mundo. Ellos liberan a unos pocos que están maduros para ello. Ellos elevan a una gran cantidad de gente.

 

Tú deberías estar siempre en el lado divino, puesto que es el lado del Señor. Deberías promover la paz y la armonía. Haciendo esto, expresarás la Voluntad del Señor. Deberías ser inegoísta y cultivar amor cósmico en tu corazón, puesto que esa es la naturaleza de Dios. Si haces esto alcanzarás la auto-realización rápidamente, y ese será el mayor servicio que podrás rendir al mundo. Como un sabio, podrás irradiar paz, amor y armonía en todas partes.