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Cuatro Vedas, cuatro estados de vida

Es bien sabido que los textos básicos del Hinduismo son los Vedas, y que estos son cuatro: Rig Veda, Sama veda, Yajur Veda y Atharva Veda. Sin embargo no es tan conocido que cada Veda asimismo se divide en cuatro secciones, cada una con su utilidad específica.

 

Las cuatro secciones de los Vedas son: Samhitas, Brahmanas, Aranyakas y Upanishads.

 

Las SAMHITAS son el conjunto de mantras e invocaciones hechas a las distintas divinidades, tales como Indra, Agni, Soma, Rudra o los Maruts. Aunque no son tan numerosos, también hay himnos importantes al Señor Vishnu, Shiva, y la Devi, sin embargo, de manera indirecta, todos los himnos védicos están dedicados en última instancia a Bhagavan, el Señor Supremo. Las Samhitas están divididas en suktas, o himnos de profunda vibración y sonoridad trascendental.

 

Los BRAHMANAS; por su parte, son la segunda sección del Veda, y son generalmente ritualistas. Si las Samhitas invocan a los dioses, los Brahmanas explican en qué situaciones y cómo debe invocárseles. Dan instrucciones de cómo construir los altares y realizar los rituales védicos en los que se ofrece ghee derretido al fuego sagrado. Constituyen la base del ritualismo hindú.

 

Los ARANYAKAS siguen inmediatamente a los Brahmanas, y explican el significado esotérico de los rituales. No sólo dicen cómo hacer las ceremonias, sino que explican su por qué, por tanto su contenido metafísico es mayor, conteniendo también determinados sistemas de Upasana o meditación, especialmente el Kaushitaki Aranyaka. Antiguamente estos textos estaban restringidos para la gente común, y eran sólo impartidos a aspirantes de suficiente cualificación, debido a lo cual se estudiaban apartadamente, en el bosque, de ahí su nombre (Aranya: bosque)

 

Las UPANISHADS son la última sección de los Vedas. Trascendiendo todo ritual, explican el último sentido de estos: la realización de Dios. Son textos profundamente metafísicos que explican la filosofía de los Vedas sobre el alma, el mundo y la Divinidad y su relación entre ellos. Por ello, muy justamente se los denomina como Vedanta, que significa: “El fin (o culminación) de los Vedas).

 

Resulta interesante notar que así como el Veda se divide en cuatro secciones, a cada cual más elevada o sutil, también la vida tradicional del hindú se divide en cuatro fases, llamadas ashramas o estados de vida: Brahmacharya, Grihastha, Vanaprastha y Sannyasa.

 

Como el lector ha podido adivinar, a cada una de estas órdenes de vida le corresponde una sección de los Vedas.

 

El BRAHMACHARI es el que se halla en el primer estado de vida. Tras pasar la más tierna infancia, toma un maestro y estudia con él a fin de hallar conocimiento espiritual. Durante este tiempo permanece célibe. Como su mente es aún tierna, las Samhitas son su objeto de estudio, y así aprende los distintos mantras y las oraciones apropiadas que harán florecer la devoción en su alma.

 

El GRIHASTHA es aquel que, terminando sus estudios, se casa y forma una familia. Este estado de vida es muy importante, pues se ocupa del mantenimiento de la sociedad védica, a través de dar parte de sus ganancias para el mantenimiento de los ascetas y maestros védicos, y del servicio a los Mahatmas. Por tanto, los Brahmanas están indicados para su estudio, ya que precisa de conocer los rituales adecuados para mantener viva la tradición, realizar los sacramentos propios de la familia, etc.

 

El VANAPRASTHI, por su parte, es quien entra en la edad en la que los hijos ya han crecido, y va apartándose de la sociedad, preparándose para una vida más espiritual y menos mundana. Antiguamente, las parejas que cumplían tal edad solían retirarse al bosque y allí realizaban rituales para mantener el recuerdo constante de la Divinidad. Por ello, los Aranyakas son los textos más apropiados para ellos.

 

El SANNYASI, es aquel que renunciando a todo, incluso al aire que respira, se da por completo a la vida contemplativa, en absoluta soledad. Este es el último estado de la vida, en el que la única cosa importante es el logro de la Liberación espiritual. Por ello, los textos de estudios más indicados para el renunciante son las Upanishads.

 

Así, la cultura védica provee de instrucción espiritual para cada momento de la existencia. Ya sea que uno esté aprendiendo de un maestro, disfrutando de los placeres y experiencias de la vida, o ya desengañado de lo mundano, haya adoptado la vida de renuncia, en todo momento hay una manera apropiada de dirigirse hacia los santos Pies del Señor que se oculta tras los Vedas.

 

Shloka:

 

ananya-cetāḥ satataṁ

yo māṁ smarati nityaśaḥ

tasyāhaṁ sulabhaḥ pārtha

nitya-yuktasya yoginaḥ

 

Oh, Partha, el yogi constante que Me recuerda continua y diariamente sin pensar en nada más, llega a Mí.

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