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Surya Namaskara y los ciclos del Sol

El simbolismo de Surya Narayana, el Dios Sol, está muy enraizado en la observación de los ciclos solares y las estaciones. Debido a ello, el número doce está presente constantemente en dicha divinidad. Los doce nombres del Sol, que se veneran en la práctica yóguica de Surya Namaskara, o el saludo al sol, aluden a los doce meses del año. Estos doce meses marcan una vuelta de la tierra alrededor del Sol. Del mismo modo, doce de estos años le lleva a Júpiter (brhaspati) dar una vuelta completa al astro rey. Cuando esto sucede cinco veces, se cumple un ciclo completo de sesenta años. Para los hindúes esto constituye un ciclo solar completo, ya que Júpiter es el planeta más benéfico y representa al Guru. Existen sesenta años o samvatsara, cada uno con su propio nombre, y tras estos, el ciclo vuelve a comenzar.

 

En la práctica yóguica del Saludo al Sol o Suryanamaskara, que tradicionalmente se lleva a cabo al amanecer, realizamos doce posturas, a la vez que veneramos mentalmente a los doce nombres del Sol, reconociendo en esta secuencia que existimos gracias a Dios, representado físicamente en el Sol, quien a través de sus ciclos renueva constantemente nuestra vida. Los mantras son los siguientes, y deben ser repetidos en silencio, para poder llevar a cabo una respiración correcta en la práctica:

 

 

om mitrāya namaḥ: Salutación al amigo de todos

 

om ravaye namaḥ: Salutación al refulgente

 

om sūryāya namaḥ: Salutación al que ilumina

 

om bhānave namaḥ: Salutación al que es muy hermoso

 

om khagāya namaḥ: Salutación al que se mueve a través del cielo

 

om puṣṇe namaḥ: Salutación a quien colma los deseos

 

om hiraṇya garbhāya namaḥ: Salutación a la semilla dorada

 

om marīcaye namaḥ: Salutación al de infinitos rayos

 

om ādityāya namaḥ: Salutación al hijo de Aditi

 

om savitre namaḥ: Salutación al que nos nutre

 

om arkāya namaḥ: Salutación al digno de ser adorado

 

om bhāskarāya namaḥ: Salutación al dador de sabiduría

 

 

El Sol es llamado Atmakaraka, indicador del alma. Es el astro que nos llena de energía y muestra nuestra autoestima y capacidad de liderazgo. Llevado a cabo correctamente, el Saludo al Sol no es un ejercicio físico. Desde luego, tiene grandes beneficios físicos: flexibiliza y fortalece el cuerpo entero y vigoriza y tonifica todos los músculos, pero su último sentido es reconocer la grandeza de esta gran Divinidad, el Sol, dador de vida, fortaleza y vigor, y vincularnos con su acción benéfica.

 

 

 Shloka:

 namaḥ savitre jagadeka chakṣuśe

 

jagat prasuti sthiti nāśa hetave

 

trayi mayāya triguṇātma dhāriṇe

 

virinci nārāyaṇa śankarātmane

 

 Saludo a ese Sol, ojo del mundo que nutre, esencia del Veda, creador, mantenedor y destructor del mundo, que se manifiesta en las tres cualidades materiales como Brahma, Vishnu y el Señor Shiva

 

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