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Yoga no es gimnasia o deporte.
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Yoga no es competición.
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Yoga no es un negocio.
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Yoga no es un oficio.
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Yoga no es adquirir conocimientos aprendidos de memoria, sin su esencia.
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Yoga no es espectáculo ni entretenimiento.
Aunque el Yoga no es en rigor una religión, y uno no tiene que adscribirse a ninguna en concreto para practicarlo, reconocemos y entendemos que el Yoga está
profundamente enraizado en la cultura del hinduismo, siendo su origen una parte vital a tener en cuenta en su desarrollo.
En 2013, el Boletín Oficial del Estado mostraba por primera vez una ley que trataba de regular la instrucción en Yoga, acompañada de un curso oficial del INEM, único que el
gobierno reconoce u homologa en todo el estado. Esta ley, que en principio podría haber sido bien recibida, estaba llena de despropósitos. Para empezar, estaba (está) englobada dentro de la
sección de actividades físicas y deportivas. Ante tal error cultural, varias escuelas clásicas hicieron su aparición tratando de enmendar el error.
Finalmente, se añadieron más contenidos, resultando en lo que hoy es una regulación de la enseñanza a nivel oficial. Desgraciadamente, esta regulación no ha salido
de la sección de prácticas deportivas, dándose desatinos de tal envergadura como que en dicho boletín se obligue a los profesores a conocer conceptos como Ishvara Pranidhana (entrega a la
voluntad de Dios), en una disciplina que, según ellos es deporte. Pero lo más grave de todo, es que en su afán por regular quién puede y quién no puede formar a profesores de Yoga, limitan en su
misión a sabios, yoguis y swamis que imparten esta disciplina por su deber con la sucesión discipular.
La ley española prohibe la legislación respecto a las creencias religiosas de los españoles. Por ello, creemos que esta ley es injusta y debe ser
rectificada.
La buena noticia, es que no constituye una regulación del Yoga a nivel privado. Es decir, el gobierno no puede revocar títulos de Yoga, ni prohibe impartir Yoga en
centros privados, templos u otros lugares habilitados para la práctica. Sin embargo, si alguien desea ejercer en ayuntamientos o edificios oficiales, se le podrá exigir el título "oficial", si
bien hemos comprobado que no en todos los casos sucede. Hay que resaltar, además, que en cada comunidad autónoma funciona de manera diferente, debido a lo cual reina cierto desorden a la hora de
saber cómo uno puede actuar.
Creemos que no existe mala fe en los acontecimientos sucedidos en los últimos años, pero como practicantes y enseñantes de Yoga tradicional, debemos oponernos a tal
error e injusticia, fraguado debido a la ignorancia de esta disciplina sagrada y milenaria.
Puedes descargar AQUÍ el documento oficial del B.O.E. en el que se menciona la "ley del Yoga"